sábado, 18 de agosto de 2018

El escalofrío que lo cambió todo

La situación el día anterior me había hecho pensar durante toda la noche y apenas había descansado.
Sin embargo, una impresión particular no debía de condicionar el resto de mi vida (y menos de mis vacaciones).

Quizás mi psicólogo tenía razón, ¿y si sólo se debía a la inminente llegada de Septiembre?

Así que continué con mis planes trazados tras las oposiciones. Un año más me había propuesto ciertas metas para las vacaciones de verano:

✓Leer varias novelas.
Escribir una historia.
Apuntarme al gimnasio.
✗✗Vivir un romance.
Viajar por el mundo.
✓Saltar en paracaídas.
✓Disfrutar de la vida.
✓Sonreír más.
✗✗✗✗Dejar de complicarme la vida.
Adelantar algo del estudio y del TFM.

Vale, puede que mis metas no se hubieran cumplido al 100% y me lo estuviera tomando todo muy relajadamente ⛱ Pero, de eso se trataban las vacaciones, ¿no?

Ahora me encontraba a finales del mes de agosto, con el trabajo acumulado y muchas metas aún por cumplir  (como podéis comprobar). Haciendo una maleta para una escapada y con poco o nada bajo control.

De repente, volvió a ocurrir, una sensación extraña invadió todo mi ser. No se trataba de que no había hecho 5 listas, como me había aconsejado mi hermana, para tener todo bajo control acerca de lo que tenía que llevar o no en mi maleta o de que apenas sabía dónde iba a alojarme ni cuál sería mi destino (y la inseguridad que eso suponía para alguien que le encantase el orden y el control).

Un escalofrío me puso en alerta. Este recorrió cada parte de mi cuerpo hasta que de repente...

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viernes, 17 de agosto de 2018

La estraña situación en el supermercado...



El otro día estuve bastante preocupada con la llegada de un extraño paquete. Por un momento pensé que eran muestras de alguna papelería que quisiera regalarme alguna cosilla. Pero luego me di cuenta de que me encontraba ante un paquete con botellas de aceite de oliva.

¡Estaba haciendo la compra semanal! Miré alrededor hasta que de repente observé como la vecina del cuarto me estaba observando.

Sí, esa vecina cotilla que lleva el control de quién sube y baja las escaleras, te interroga cada vez que te ve y está al día de las idas y venidas de todo el vecindario y del edificio en general.
Aparentemente parecía enfrascada en una decisión importante: la compra de unas lechugas. Sin embargo, noté como giraba lentamente sobre su porte y me observaba.

¿Cuánto tiempo había estado pendiente de mí? ¿A qué hora había salido y entrado en esta cadena de supermercados? 
Había perdido la cuenta.
Así que aquí me veo, ante una caja llena de 8 botellas de litro de aceite de oliva de 0,5º de un pueblo andaluz del que no había oído ni hablar hasta este momento.

Mi psicólogo considera que ha sido debido a mi necesidad de concentración ante la proximidad del mes de Septiembre y quizás, las muestras claras de que es necesario ser un poco más amable ante las adversidades.

Sin embargo, discrepo ante su opinión analítica tras leer dos revistas de autoayuda del quiosco de la esquina, la razón estaba clara, todo se debía a una manipulación.

Alguien estaba manejándome desde la lejanía...

Pero, ¿uién o qué era el responsable?

No tenía ni la más remota sospecha.
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jueves, 16 de agosto de 2018

Requisitos para ser una persona normal II


Ayer tuve un problema demasiado importante que no pude acabar mi estupenda presentación de ayer en mi primera sesión.
Vale, no es cierto, aunque podía haberlo hecho al comprobar que llevo escribiendo en este blog desde 2009; un año sin actualizarlo y en el mismo punto que cuando empecé con este personaje.
La realidad es que tenía que visitar a mi querido amigo "Roca" (sí, la marca de wc más conocido en España y todavía no sé muy bien por qué) y se me despistó. ¡Da gusto cuando uno está bien aunque sea en la taza del váter!
De esta manera tan sutil, volvamos al tema que nos ocupa.
Me llamo Cristinita y no me considero una persona normal (actualmente).


Empecé esto como un hobbie y, tras muchos años sigue siéndolo  (aunque no me importaría que me regalaran blogs de dibujo y esas cosas que a la gente "guay" recibe). Tengo muchísima imaginación y soy capaz de estar hablando horas y horas sin parar (así que tengo material suficiente). ¡Ah! Y he pasado de los 30 aunque me siento como si aún viviera en los 20, al no tener claro cómo sería mi vida cada vez que cambio de año escolar.
Así a modo de club de anónimos puedo decir que pertenezco, como pudiste comprobar lector, al club de las personas que no somos "normales". Y es que el ambiente familiar me tendría que haber dicho algo pero no lo quise ver (como pudisteis leer en otros post de este blog). Pero eso ya es otro tema.
Lo que más me gusta es que por lo menos he mantenido a esos "amig@s" incondicionales, que desde que empecé siguen ahí animándome para que mis historias traspasen algún día el papel virtual de este blog (y a los que siempre les contestó con "algún día, algún día").
Mientras, lo único seguro es que cada curso escolar debo preparar una oposición que no doy aprobado con plaza; y mi vida sigue siendo igual o más caótica que cuando empecé.
Entonces, ¿por qué no soy una personita normal? Este blog nunca ha tratado de una persona normal, por eso el parón de un año. Pero, ¿a quién no le gusta lo excepcional? 


Así que a partir de ahora, con un cambio de perspectiva de vida, con un aprendizaje constante, toca redescubriendo y comenzar de nuevo con un toque de positividad y diversión.
Porque la vida son dos días y, si algún día mis disparatadas historias ven la luz, tendré suficiente material.
Y vosotr@s, ¿sois personas normales?
Yo no y me encanta.
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miércoles, 15 de agosto de 2018

Si yo te contara...


Si yo te contara...

✔️Las veces que he intentado abrir la puerta de un coche que no era el mío, te sorprenderías (en total 3, es lo que tiene tener un coche demasiado común).
 
✔️Las roturas que ha sufrido mi corazón cada vez que generaba espectativas demasiado altas, cada vez que luego no se cumplían (demasiadas). 

✔️Los traspiés en la calle en los que tenía que mantener la compostura para que nadie se diera  cuenta de mi ridícula caída 藍藍
✔️Las veces que he metido el dedo en el vaso de nocilla para devorar la parte blanca, dejando el chocolate negro sólo en el vaso (y así acusar a mi hermana de semejante tragedia) 
✔️Las conversaciones hasta altas horas de la noche en mi coche tras una fiesta, o aquellas en las que esperabas algo más que una conversación. ⏰⌚⏱️️
✔️Las lágrimas de cocodrilo que surcaron mi cara cada vez que algo no salía como yo esperaba, y las risitas maléficas cada vez que ocurría lo contrario 
Idas, venidas, viajes fallidos en mi mente, viajes inolvidables...
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martes, 14 de agosto de 2018

Requisitos para ser una persona normal


 Requisitos para ser una persona normal

 

Últimamente todo el mundo me pregunta su estoy bien. De tanto que me hacen la misma pregunta aquí me encuentro, en mi primera consulta del psicólogo.

Soy Cristina y hasta hace unos 12 meses me consideraba una persona normal.
  • Hacía deporte.
  • Tenía una vida social más o menos normal.
  • Una vida familiar, típica familia española.
  • Pareja (incluida las amistades importantes).
  • Una cierta independencia.
Y era más o menos feliz.
Pero de repente, en el casi el mismo recorrido que hace una avispa velutina (muy famosa cada verano), todo dio un giro de 365º y actualmente no me considero dentro de los cánones para ser una persona normal, al igual que mostraba en la película de Leticia Dolera que lleva este mismo nombre.
Veamos:

Requisitos para ser una persona normal que cumplo:
✓ Vida social
✘ Deporte
✓ Vida familia
✘Pareja
✘Independencia
¿? Felicidad


Y es que la felicidad está sobrevalorada. Cada vez que llega el mes de Septiembre el corazón me da un vaivén y empieza pasar por diferentes estados emocionales:
  • Primero, "la llamada", sí, esa que esperamos todos aquellos profesores interinos que aún somos sustitutos porque no tuvimos "suerte" en las oposiciones de Educación  y cada año nos llaman de la bolsa de trabajo de nuestra Comunidad Autónoma (para ir a trabajar a algún colegio perdido y así cubrir alguna que otra baja). Así que, ya te puedes imaginar querido lector los nervios que te recorren el cuerpo cuando escuchas la llamada, la felicidad al recibirla y la tristeza al descubrir que tu nuevo destino de 7 días se encuentra a 250km de tu residencia habitual.
  • Segundo, la llegada del mes de junio, las lágrimas y tristeza parece que invade tu vida proporcionalmente al número de cajas que ocupa tu vida durante todos eses meses que has estado viviendo fuera (con suerte) y es el momento de regresar a tu casa madre (el único domicilio estable).
Sin embargo, ser una persona normal resulta ser una tarea demasiado compleja de llevar a la práctica en su totalidad y, si se logra alcanzar (cuando sólo te quedan 4h de vida, siendo un poco positiva) es un objeto de investigación.
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Se comenta por ahí...

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